La legisladora de Somos vida ensaya un armado opositor con un apellido boinablanca de peso a la cabeza y figuras del peronismo díscolo.
Malaponte (centro) junto a José Corral y Roy López Molina en 2021. Ahora será el nombre de Amalia Granata para Rosario.
A menos de tres semanas del cierre de listas, Amalia Granata empieza a mostrar piezas de su estrategia electoral 2025. Con un armado político que incluye alianzas con sectores peronistas disidentes y un radical con apellido de peso, la diputada provincial intenta forjar un frente competitivo para las elecciones convencionales constituyentes y legislativas y fortalecer su presencia en Rosario.
Uno de los nombres confirmados es el del abogado radical Eugenio Malaponte, quien será el candidato al Concejo de Rosario, con varias campañas al hombro. En 2015 fue candidato a vicegobernador en fórmula con Mario Barletta en la interna del Frente Progresista Cívico y Social y luego candidato a intendente y concejal en Rosario.
Su pertenencia a la UCR viene desde la cuna: su padre, también llamado Eugenio, fue diputado provincial y su abuelo, con el mismo nombre, fue vice del último gobernador radical antes de Maximiliano Pullaro, Aldo Tessio, entre 1963 y 1966. Con una fuerte actividad en redes, Malaponte choca contra el gobernador, a quien califica como parte de la “casta política”.
Las definiciones sobre Malaponte llegaron el pasado fin de semana, luego de que el espacio de la diputada activara un raid de reuniones electorales que incluyeron encuentros con la diputada Silvia Malfesi, fundadora del Partido Libertario de Santa Fe y socia política de Granata en el bloque Somos Vida en la legislatura provincial. En la misma sintonía, llegó el café con su par Juan Argarañaz, armador libertario con un monobloque y sello propio llamado Inspirar. Ambos ratificaron su pertenencia a las huestes de Granata.
Además, el sábado por la mañana, en la ciudad de Santa Fe, el comando de campaña de Granata organizó un encuentro con un centenar de asistentes, muchos de ellos de extracción peronista que decidieron jugar por fuera del partido. La legisladora apuntó a sectores que no se sienten representados por la conducción del Partido Justicialista (PJ) provincial.
Allí, se definió avanzar con una coalición que logre disputar las convencionales constituyentes y también generar vínculos territoriales para presentar listas para cargos locales, uno de los puntos más débiles de un sector que aún no tiene estructura ni organización en volumen, pero que quiere retener los 200 mil votos que cosechó Granata en 2023.
En ese plan, el año pasado, con un peronismo desarticulado, la diputada se paró en el centro de la escena del espectro opositor y se puso al frente de temas que calan profundo en la estructura de ese partido, como su rechazo a la reforma previsional. Sancionada la ley que modificó el sistema jubilatorio, fue por más y prosiguió su marcha con una presentación judicial en tribunales contra la votación de esa reforma. En combo, inició un acercamiento al presidente de la Corte Suprema, Rafael Gutiérrez, en medio del feroz enfrentamiento del cortesano con Pullaro por la renovación del máximo tribunal. Al cóctel, le sumó una hábil movida mediática y adquirió una centralidad en el arco opositor que no tenía.