El año no puede cerrar mejor para Romina Diez. El triunfo de Javier Milei la posicionó como una figura muy relevante de los próximos tiempos para la política santafesina -dada su cercana relación con el presidente electo- y además le permitió ganar su primer cargo público: un escaño en la Cámara de Diputados de la Nación. La victoria del primer mandatario liberal libertario -como gusta definirse- en Santa Fe legitimó el acceso directo que Diez ya tenía al círculo presidencial más íntimo. “Romina se jugaba un lugar en la mesa”, graficó un socio que también celebró el éxito de La Libertad Avanza.
Quienes la conocen coinciden en describir a Diez como “el brazo político y ejecutor” del presidente electo en la provincia. “Es su mano derecha, la única que va a las reuniones políticas y puede hablar en nombre de Milei en toda la provincia”, detallan. Esa cercanía se aprecia en ciertos gestos, como la gira por la costa atlántica a la que fueron juntos a principios de este año, o la presencia de la santafesina en el escenario durante los actos más importantes de la corta pero exitosa carrera política del minarquista.
El origen del vínculo
Diez proviene de una familia que tenía un emprendimiento algo particular en el sector privado: su padre era dueño del histórico bowling ubicado en la Peatonal Córdoba del centro rosarino. Sin embargo, no siguió en el negocio familiar, sino que se recibió de economista -con especializaciones en la Bolsa de Comercio de Rosario y en la Universidad de León- y trabajó como docente universitaria. Antes de fichar en el todavía naciente espacio libertario, fue cercana a la Fundación Libertad, el think tank liberal relacionado al PRO.
La confianza que se brindan da cuenta de que la relación entre Diez y Milei no es nueva. Se conocieron en un congreso años atrás pero estrecharon su vínculo durante la pandemia, cuando el perfil mediático de ambos creció: el de él, en los canales de televisión; el de ella, en las redes sociales, donde su cuenta @economiaparanoeconomistas superó los 40 mil seguidores. Ese confianza se trasladó a Karina Milei, la hermana presidencial, ”El Jefe”, como la llama el primer mandatario.
El vínculo se trasladó a la política sin fisuras. Cuando Milei dio el salto y fue candidato a diputado nacional por la ciudad de Buenos Aires, Diez no solo participó de la campaña sino que hasta sacó colectivos de militantes desde Rosario para fiscalizar y sumarse a los festejos. Luego ofició de anfitriona en cada visita del libertario a la provincia -incluso durante la campaña presidencial- y fue de las pocas autorizadas a subir al escenario en el cierre de campaña.
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La interna y los internistas
Fue en el último acto en Rosario donde ocurrió un episodio que expuso de manera brutal la cercanía de Diez a los Milei y las tensiones internas que genera. Tras la caravana y el paso entre la marea libertaria, el entonces candidato subió al escenario acompañado de Karina, Diez y Carolina Píparo. Detrás de ellos, subieron Nicolás Mayoraz y Rocío Bonacci, también electos diputados. Sin embargo, antes de que comience el discurso del libertario, “El Jefe” los bajó. La foto del cierre quedó con Diez como única representante santafesina en el escenario.
El gesto fue consecuencia de una interna que se viene desarrollando hace alrededor de un año puertas adentro de la sucursal local de La Libertad Avanza. “Ella quería la fiesta para ella”, explicó uno de sus detractores. “Quiere exclusividad”, rezonga. “No entiende de construcción política amplia”, acusa otro adversario. Diez hace pesar su vínculo con la mesa chica del libertarismo y sus rivales internos se quejan por los “celos extremos”. El affaire del escenario con Mayoraz y Bonacci es prueba de eso.
Karina Milei baja a Mayoraz y Bonacci en Rosario
Una de las tribus internas que está en las antípodas de Diez es el Partido Libertario -que no es lo mismo que Fuerza Libertaria, el espacio de la economista-. Ella los considera traidores por haber apoyado en las elecciones provinciales a Amalia Granata -Silvia Malfesi, su referente, fue electa diputada junto con la mediática-. De hecho, Ramiro Marra vino a sostener a Granata. En el PL sostienen que por ese motivo no los dejaron fiscalizar durante las generales. Tras la derrota y frente al ballotage, hubo una tregua. La tábula rasa no fue solo para las peleas con Patricia Bullrich.
Según reconocen en ambos campamentos, ahora el Partido Libertario transita una “alianza táctica” con José Bonacci -padre de Rocío, diputada electa-, otro adversario de Diez. No solo los unió la coincidencia de rivales, sino que el exconcejal rosarino proveyó lo necesario para la campaña y la fiscalización a los militantes del PL, según cuentan ellos mismos. Cerca de Bonacci reconocen el vínculo pero lo atribuyen a “afinidad de laburo”, simplemente.
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Veterano miembro de la fauna electoral, Bonacci fue quien le habilitó a Milei el sello necesario para que pueda nacionalizar su carrera política. Ese vínculo, dicen, lo hizo Carlos Kikuchi, otrora armador de La Libertad Avanza para todo el país, quien hoy está corrido por su disputa con Karina Milei. Algunos sostienen que la pelea entre Diez y Bonacci es en realidad una consecuencia de la rivalidad entre Kikuchi y “El Jefe”. A pesar de eso, Bonacci mantiene una relativa llegada al presidente electo por ahora.
En el Partido Libertario sueñan que a esa alianza táctica que mantienen con Bonacci se sumeMayoraz, el otro diputado electo bajado del escenario. Referente del espacio Vida y Familia, Mayoraz también mantiene una disputa con Diez. Hay un obstáculo: la relación entre Mayoraz y Bonacci no es nada buena. Hay cuentas pendientes que surgieron al partirse el bloque que encabezaba Granata en la Legislatura provincial que nunca fueron saldadas y tampoco faltaron roces por la organización de esta campaña.
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La rosca por los cargos
En medio de ese panorama, Milei ganó las elecciones, por lo que a la tensión existente se le sumó la disputa por los cargos nacionales en la provincia, en torno de la cual solo hay rumores. Algunos sostienen que Diez se quedará con AFIP, aunque otros insisten en que para ella será ANSES y PAMI y que AFIP será para el Partido Libertario, más aún luego de la versión que ubica a Marra al frente de la agencia de recaudación de impuestos. Bonacci ya avisó que no quiere nada. “Andar peleándose por eso es de casta”, dijeron desde su entorno, chicaneando con purismo.
Lo que nadie discute es que la última palabra será de Diez. Es ella, por ejemplo, la que está negociando con el PRO halcón -el que responde a Federico Angelini- los lugares que le corresponden a los macristas. Consultados, en esa tribu contestaron de manera diplomática que su apoyo fue “de forma desinteresada”. Sin embargo, están exultantes porque creen que “nació una nueva fuerza” con un “futuro de construcción liberal” y que puede ser competitiva en la provincia. De manera vertiginosa, entonces, Diez se transformó en un referente central del escenario político santafesino.
