Rompió con lo nuevo que reivindica lo más rancio y se presenta con el sello de los Alsogaray como plataforma sepia mientras Javier Milei sepulta los partidos.
Otros tiempos: Ramiro Marra, en el búnker de La Libertad Avanza.
Ramiro Marra.
Ramiro Marra, el trader que financió el ascenso al poder de Javier Milei pero fue excomulgado de las fuerzas del cielo a poco de andar el gobierno libertario, es un caso curiosísimo que merece un estudio profundo. Esta nota es, apenas, la exposición de los hechos que lo consagran como el colmo de la rebeldía conservadora.
Con sus aportes, el coleccionista de latas de atún fue clave en la construcción del proyecto que convirtió a un exótico panelista de televisión en el fenómeno más disruptivo de la política argentina acaso desde la emergencia del peronismo de Juan Perón.
Con todo, ese terremoto que sacudió el país a partir de la confrontación con la vieja política, sindicada como la casta, se presentó como un huracán de rebeldía, pero se basa en ideas ultraconservadoras que comparte con la última dictadura cívico-militar y el menemismo, los dos procesos contemporáneos que reivindica: mano durísima, antigarantismo, antizurdismo, antiabortismo, misoginia, homofobia, xenofobia...
A ese plexo ideológico que agita las banderas de la libertad, pero las agujerea con su violencia discursiva e institucional, Marra le suma una pirueta que lo pone a remar contra la corriente que produjo el Frankenstein que ayudó a crear.
Desterrado de La Libertad Avanza después de cometer, en su rol de legislador porteño, la herejía de acompañar un aumento de impuestos en la Ciudad de Buenos Aires, rompió con las huestes de Karina Milei, El Jefe de la casta libertaria.
Este jueves, Marra se lanzó a la pelea electoral por su cuenta. Para eso, exhumó a la Unión de Centro Democrático, la UceDé, el partido ultraconservador fundado por Álvaro Alsogaray, ministro de dictaduras y partícipe necesario de la gesta menemista, en la que brilló, con sus pieles, la hija María Julia, una de las figuras de esa década dorada condenadas por corrupción, ese tumor tan de la casta.
Marra saca del sarcófago el sello del Chancho, resabio de los tiempos dorados de esas estructuras de la Patria política profesional, en el cementerio porteño de los partidos políticos.
En la grilla de las elecciones que tendrán lugar el 18 de mayo en la Ciudad de Buenos Aires, los tanques de la casta se presentarán con el rabo entre las patas, en un acto desgarrador de confesión de culpas, camuflados con municipalismo y nombres de fantasía:
- El PRO es Buenos Aires Primero.
- Horacio Rodríguez Larreta se despega del colectivo amarillo y va por una concejalía a bordo del prototipo Volvamos Buenos Aires.
- La UCR es Evolución, el fragmento que lidera el presidente radical opositor Martín Lousteau.
- El peronismo, conocido en los últimos cinco años como Frente de Todos primero y Unión por la Patria después, prescinde de esas ropas ajadas y se viste de Es Ahora Buenos Aires.
"Chorros por todos lados, basura en las veredas, ratas en las escuelas, trapitos extorsionadores, villas que esconden narcotraficantes, fisuras durmiendo en la calle. BASTA de todo eso. El Kirchnerismo no es opción, es hora de recuperar la LIBERTAD y el ORDEN en nuestra Ciudad", proclamó el rebelde conservador en su tuit de lanzamiento. No fuera cosa de que a alguien le quedara alguna duda.