Disconforme con la resolución de la jueza María Servini, que dio por terminada la discusión por el PJ, Ricardo Quintela le devolverá el llamado a Cristina Fernández de Kirchner, pero dice que evitará la foto con la expresidenta y se abocará a construir una línea interna para dar pelea dentro del peronismo.
El riojano llegará este lunes por la noche a Buenos Aires desde La Rioja, donde estuvo todo el fin de semana. El martes, reunirá a su tropa en la casa de la provincia, ubicada en la calle Callao. Allí, los dirigentes que trabajaron para el armado de la lista “Federales, un grito de corazón” definirán los pasos a seguir después de la frustrada interna contra Cristina.
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Quintela ya dio algunas pistas. El viernes, participó de un Zoom que duró casi cuatro horas con los integrantes de su lista y definió que seguirá en el armado de una línea propia que pueda reunir a dirigentes que reniegan de “los métodos y formas de conducción” de Cristina, pero sin romper con en el partido, como hicieron en su momento exiliados como Miguel Ángel Pichetto o Florencio Randazzo. “La tercera vía no existe, hay que dar la discusión adentro”, dicen cerca del gobernador.
Como contó Letra P, la exvicepresidenta intentó comunicarse el pasado viernes con Quintela para invitarlo a una reunión que diera por finalizadas las discusiones internas, después de un proceso electoral desprolijo, que terminó judicializado. El llamado salió a las 17, pero el riojano estaba inhallable. Sus colaboradores explicaron que se había trasladado hacia un campo que tiene en La Rioja, donde no hay señal de celular.
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Llamado a CFK sí, foto no
Este lunes, Quintela definió que llamará a CFK, pero evitará reunirse con ella. El riojano considera que el triunfo de la expresidenta en la interna del PJ es “legal, pero no legítimo”, ya que no se decidió por el voto de las personas afiliadas. A diferencia de lo que hicieron otros dirigentes que intentaron desafiarla, Quintela dice que no quiere ir al choque con Cristina.
El riojano se dispone a armar “una línea interna” que pueda mostrar descontento, pero sin romper el partido. Para eso, dice que cuenta con el apoyo de los gobernadores o jefes territoriales de peso que pusieron candidatos en su lista, Alberto Rodríguez Saá (San Luis), Carlos Rovira (Misiones), Osvaldo Jaldo (Tucumán) o Gustavo Sáenz (Salta), por citar algunos ejemplos.
Ahora, la duda principal es cómo afectará la fractura interna a la integración de los bloques de Unión por la Patria (UP) en Diputados y en el Senado. Quintela ya dijo que no está dispuesto a “dejarse conducir” por Germán Martínez y José Mayans, los titulares de las bancadas en el Congreso que forman parte de la lista de Cristina.
En principio, el gobernador piensa en la posibilidad de romper los bloques del peronismo, pero con el armado de un interbloque, que no implique votar distinto ni negociar con el gobierno de Javier Milei. A pesar de que tendría como socios a gobernadores que votan en línea con el oficialismo, como el tucumano Jaldo, cerca del riojano aseguran que se mantendrá como hasta ahora, como opositor duro a Milei. “Nunca sacó los pies del plato y no lo va a hacer ahora. Sos oficialista o sos opositor”, dicen en el entorno del Gitano.
Cómo sigue la novela del PJ
Tras el fallo del Servini, que despejó el camino de la interna, la Junta Electoral del PJ se reunirá este martes en la sede nacional, ubicada en la calle Matheu, donde proclamará a Cristina como nueva presidenta del partido. En esa misma resolución, la Junta podría definir cuándo asumirá como nueva titular. Los mandatos vigentes vencen en marzo de 2025, pero todo indica que el proceso de recambio se adelantará y podría concretarse el 17, la fecha que estaba originalmente fijada para la elección.