Mauro Rossi quedó a cargo de la Dirección de Abordaje Territorial. Hace un año se fue de esa organización social, pero mantiene contacto con los barrios.
Mauro Rossi, el ex dirigente del Movimiento Evita que incorporó Rogelio Frigerio a su gobierno.
Luego de una serie de incorporaciones provenientes del peronismo que incluye intendentes y figuras que fueron a ocupar algún lugar en el escalafón del funcionariado, ahora Rogelio Frigerio reclutó para su gobierno a un exmilitante del Movimiento Evita que trabajó en el relevamiento de barrios populares.
La nueva tarea de Mauro Rossi será relevar demandas directas y ser un interlocutor más cercano de la gestión para las organizaciones.
Rossi, un peronista que junto a su familia debió exiliarse durante la última dictadura, le contó a Letra P que "los trapitos" lo paran en la calle y le dicen "por fin uno de nosotros que está ahí", en referencia al gobierno. Fue designado director de Abordaje Territorial en la secretaría de Articulación de Política Social del Ministerio de Desarrollo Humano. “No tengo oficina”, se ufana y avisa: “trabajo en el territorio”.
Militante peronista, Rossi vivió junto a su familia el exilio durante la última dictadura, un episodio que suele referenciar con frecuencia como parte constitutiva de su historia de particpación política. Ya en este siglo formó una cooperativa de trabajo (de construcción y otros servicios) y en 2015 entró de lleno en la política durante la campaña del entonces candidato presidencial del PJ y hoy funcionario libertario, Daniel Scioli.
En 2016 ingresó al Movimiento Evita. Trabajó en el relevamiento de barrios populares, razón de su convocatoria de hoy al gobierno, y se incorporó a la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP). Desde allí, en 2019 participó de la formación de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP), sindicato del que es delegado por Entre Ríos. “Sacamos a Mauricio Macri del gobierno”, reclama hoy para sí esa cucarda.
En noviembre de 2023 decidió no buscar otro mandato en UTEP como representante provincial, aunque asegura que todavía le piden "que acompañe”. Dejó el sindicato el 17 de marzo de 2024 y, una semana después, el 24 de marzo, fecha simbólica para Rossi, se fue del Evita. En mayo tuvo el primer contacto con el gobierno provincial.
Rossi será el interlocutor de la gestión de Juntos con las organizaciones sociales en la Mesa de Diálogo Social, un ámbito creado en el marco de la emergencia alimentaria que declaró por ley el gobierno provincial a poco de asumir. Allí participan universidades, Cáritas y, entre otros actores, el MTE-UTEP y Libres del Sur. En la administración de Frigerio señalan que en un año la inversión en el área pasó de $400 millones a $8.200 millones, pero entienden que además de esa inyección de recursos Rossi podrá interactuar más directamente con estos grupos.
Rossi explica que le pidieron “tener una mirada en la realidad de la barriada” y hacer un “estado de situación” para luego proponer alternativas. Para una dirigente de una agrupación social consultada por este medio, lo que se propone el gobierno de Frigerio es “armar sus propias estructuras en las organizaciones para operar desde el territorio”.
La convocatoria a Rossi radica en su conocimiento de los barrios. ¿Es también otra mojada de oreja al peronismo? ¿Forma parte de una estrategia política que incluya presencia barrial? El tiempo lo dirá.
Rossi cuenta hoy que en 2023 se dio cuenta que había “un camino que no era solo la calle”. Quizás por esa razón aceptó su rol en la secretaría que conduce el uruguayense Ricardo Vales, que aceptó luego de un primer encuentro con el ministro de Gobierno y Trabajo, Manuel Troncoso.
Además de la tarea de interlocutor oficial en la Mesa de Dialogo Social, Rossi se propone ser un contacto con los barrios populares de las ciudades de la provincia, en los cuales trabajó en el mencionado relevamiento. Para ello, dice tener contactos en Paraná, Santa Elena, Concordia, Federación, Federal, Gualeguay, Nogoyá, Victoria, Diamante, Gualeguaychú y algunas otras localidades.
Desde la época del relevamiento de barrios populares y por la relación que aún guarda con la organización a la que pertenece, la 27 de julio, asegura que puede hacer fluir demandas desde abajo hacia la Casa Gris de modo más directo y, en el otro sentido, trasladar la posición oficial desde una "voz propia".