Tensionó al máximo en la Legislatura. De las PASO al desdoblamiento. Cumbre sin acuerdos con Máximo Kirchner. Los puentes y los heridos que ya aparecen.
Axel Kicillof, gobernador de Buenos Aires.
La pelea entre Axel Kicillof y Cristina Fernández de Kirchner está en pleno estado de ebullición. Los próximos días serán claves. Las decisiones que se tomen en ambos bandos marcarán si el peronismo logra llegar unido a la elección o todo vuela por los aires.
Las esquirlas de la bomba que explotó en la Legislatura bonaerense volaron para todos lados. La sesión fallida del jueves, pedida por La Libertad Avanza para tratar los proyectos para suspender las PASO, dejó una foto de ruptura. Fue el debut en la interna del Movimiento Derecho al Futuro (MDF), en ese ámbito donde Kicillof nunca había tenido incidencia. El gobernador jugó una carta potente, pero no pateó el tablero.
“Axel está en una postura dura”, le dijo Máximo Kirchner a otro dirigente peronista después de reunirse durante un largo rato con el gobernador, hace poco más de una semana, en una cumbre que se mantuvo en extrema reserva y que podría repetirse en los próximos días. Algún contacto debería existir no sólo para sellar la suspensión de las PASO, sino el verdadero meollo de la cuestión: desdoblamiento sí, desdoblamiento no.
Con los tiempos apretando y pese a jurar que busca la unidad del peronismo, Kicillof endurece sus formas: lo hizo al lanzar el MDF, cuando le puso fecha a las PASO para apurar a la Legislatura y este miércoles, cuando hizo jugar a la tropa propia. Su postura ya no es tan maleable, aunque a algunos de sus soldados no les alcance y a otros, directamente, los exaspere. Juegan a romper, ese es su negocio electoral.
La jugada de la tropa legislativa de Kicillof al presentar un proyecto propio para suspender las PASO y luego al bajar a la sesión pedida por LLA todavía sigue resonando en el peronismo. Aunque la sangre no llegó al río, el desafío se reflejó como el último tirón que resiste la piola antes de cortarse, pese a que con el correr de las horas todas las tribus intentaron bajar la espuma. La tensión sigue latente y los enojos, a flor de piel.
Fuentes de UP le admitieron a Letra P que el episodio de este jueves tensionó al máximo el vínculo del kicillofismo con las otras dos vertientes del peronismo. Para evitar una ruptura, la clave estará en los próximos días.
Por lo pronto, ya hay una fecha para una próxima sesión: el 27 de marzo. Están convocadas ambas cámaras: Diputados y también el Senado. Para ese día, el peronismo deberá haber zanjado diferencias, pero eso es algo que difícilmente puedan resolver las figuras que caminan por el Palacio. La tropa legislativa tiene claro que nada de lo que se vota en esos recintos se define en ese edificio.
La cúpula partidaria tiene que ponerse de acuerdo en un paquete de temas que incluye no solo las PASO, sino también el desdoblamiento, la ley de reelecciones e incluso como se definirá el armado de las listas. De estos consensos básicos depende el futuro del peronismo.
Hace más de una semana, Kicillof y Kirchner se reunieron después de un largo tiempo de enfrentamiento cruzado. Según supo Letra P, fue un encuentro extenso y en buenos términos, aunque no sellaron grandes acuerdos, algo que quedó evidenciado días después en la Legislatura con la novela por las PASO. “Axel está en una postura dura”, le dijo Kirchner a otro dirigente peronista después de ese encuentro.
La discusión por la fecha de la elección desdoblada es el quid de la cuestión. Diversas fuentes del entorno del gobernador aseguraron a este medio que el adelantamiento es una decisión tomada y que no habría marcha atrás. Es que gran parte del capital político que logró Kicillof ganando autonomía de CFK la juega con esa decisión.
La expresidenta y La Cámpora insisten con la elección concurrente, esto es, el mismo día que los comicios nacionales, pero con diferentes sistemas (boleta única y papeleta tradicional), mientras que Sergio Massa patea el desdoblamiento para después de octubre. Es algo “imposible”, según el ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco.
“La cosa no es inmediata, hay que curar las heridas, va a costar pero lo están intentando”, dijo un dirigente al tanto de la reunión y de buen diálogo con ambos sectores a Letra P, al tiempo que se mostró confiado en que al final del camino se va a poder llegar a algunos acuerdos. “Por lo menos se abrieron las conversaciones”, se esperanzó.
Faltan acuerdos, pero sobra el diálogo. Fuentes cercanas al gobernador aseguraron a este medio que las últimas medidas tomadas por Kicillof, como el decreto que le puso fecha a las PASO, fueron “informadas” a todas las partes societarias de UP.
Mientras tanto, aunque con un perfil mucho más bajo, Kirchner sigue jugando en terreno bonaerense con reuniones con dirigentes en el territorio que se repiten pero no trascienden. Una de ellas, según supo este medio, fue en Lanús, junto al intendente anfitrión, Julián Álvarez, y su par de Quilmes, Mayra Mendoza. El diputado se reunió con Víctor de Gennaro y con el titular de ATE, Rodolfo Aguiar, cuando la conducción bonaerense de esa entidad está alineada con Kicillof. Cada cual atiende su juego.
También hay otros puentes que buscan acercar posiciones entre ambas orillas: uno es la intendenta de Moreno, Mariel Fernández. El martes estuvo sentada junto a CFK en el Consejo del PJ y al día siguiente visitó a Kicillof. Le volvió a manifestar al gobernador la necesidad de que el peronismo no se rompa. “La militancia quiere defender una sola boleta con todos no a una parte”, dicen cerca de la jefa comunal.
Otra fuente apunta al ministro de Infraestructura, Gabriel Katopodis como otro diplomático que se mueve entre ambos sectores. “Van pasando varios como Julio (Pereyra), pero eso no funciona, se van quemando. Esta semana es uno y la otra, es otro. Esto hay que resolverlo cara a cara”, dice un kicillofista que aguarda definiciones de la cúpula.
Muy probablemente, mientras juega a doblar, pero sin romper, Kicillof gane su pulseada con el desdoblamiento, pero si lo hace manteniendo la unidad y llegando a un acuerdo con CFK y Massa pensando en 2027, el gobernador tendrá que trabajar en cómo contener a la propia tropa que mira el 2025. Es la misma que algunos de sus delegados se encargó durante meses en arengar para “armar en todos lados” con la expectativa de poder competir y tener lugares en las listas de este año.
“Pese a todo lo que está pasando, están bajando un mensaje de que va a haber unidad. Siento que ya se están atajando”, se lamentó ante este medio un dirigente que armó el kicillofismo en su distrito. Y agregó que desde La Plata ya están abriendo el paraguas: "Están diciendo que este año lo importante es ganar la provincia y que en el 2027 vamos por todo. Eso se traduce en que están viendo que no vamos a poder jugar, van a brotar los heridos”, lanzó. Sin PASO, ni colectoras -que en la gobernación tienden a creer que benefician más a la oposición- se empiezan a agotar las opciones para dirimir una interna.
No todos están de acuerdo en como Kicillof está manejando la pulseada con la expresidenta. Un intendente kicillofista se pasó toda esta semana fastidioso, pese a la jugada en la Legislatura. “Dilata demasiado los tiempos y después siempre termina negociando desde la debilidad, en lugar de un lugar de fortaleza. Pero bueno, el que negocia es él”, recriminó el jefe comunal.
Con otra mentalidad, Kicillof argumenta que el no haber tomado decisiones electorales de forma unilateral, al menos hasta ahora, es su mayor prenda de unidad con CFK: tira, pero afloja. Por eso la sigue esperando. Los próximos días dirán si el tiempo de esperar ya se terminó.