GREMIOS

Santa Fe: la grieta de Camioneros frustra la quimera sindical de normalizar la CGT Rosario

Los embates de Maximiliano Pullaro no alcanzan para unificar a la central obrera por la pelea entre la tropa de Hugo Moyano y el rebelde gremio local.

La normalización de la regional Rosario de la CGT se ha transformado en una quimera por la guerra sindical declarada en Santa Fe, hace casi una década, en el gremio de Camioneros entre la tropa de Hugo Moyano y el titular del sindicato en la provincia, Sergio Aladio.

Esa disputa es la que se menciona como verdadero motivo subyacente de los fracasos en los que terminaron los sucesivos intentos de unificar a la filial rosarina de la central obrera. El tema resurgió a partir de que la dirigencia sindical explore, una vez más, la posibilidad de lograrlo, casi como un acto reflejo frente a los sucesivos embates de Maximiliano Pullaro a los sindicatos santafesinos.

Hoy por hoy, la llave del edificio que la CGT tiene en Córdoba 2061 la tiene Aladio. El líder camionero rebelde se suele reunir allí con representantes de la UOM, la UOCRA, de Obras Sanitarias, del SUPARA -Aduana-, de los peones de taxi y del Sindicato de la Carne, entre otros. Hay otros gremios, nucleados en el Movimiento Sindical Rosarino, que no pisan esa sede y se muestran más cercanos a Juan Chulich, el referente del otro sindicato camionero de la provincia, alineado con el moyanismo. Allí se encuentran, por ejemplo, SADOP, Judiciales, Luz y Fuerza, Bancarios y Correo.

Las razones detrás del último fracaso en la CGT Rosario

El último intento normalizador fue el que más entidad tuvo. Las reuniones, que comenzaron en diciembre del año pasado, terminaron con un plenario que se realizó a mediados de agosto en el que se designó una comisión normalizadora. Para ese encuentro, quienes rodean a Aladio habían cursado invitaciones no solo a los gremios del MSR, sino también a la CTA -Amsafe, ATE y el Sindicato de Prensa- y al Movimiento Obrero de Rosario -en donde se destaca el gremio de empleados municipales-.

El moyanismo actuó en consecuencia: activó sus resortes de poder en la cúpula de la central obrera y logró que el metalúrgico Abel Furlán, a cargo de la Secretaría de Interior, envíe una carta avisando que la reunión era “ineficaz y carente de valor”, dado que no había sido convocada por el órgano partidario. La misiva, además de Furlán, contó con la firma del secretario general Andrés “Centauro” Rodríguez -UPCN- y de los tres triunviros que conducen la CGT: Hector Daer -Sanidad-, Carlos Acuña -estacioneros- y Pablo Moyano, particular interesado.

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La última reunión convocada para normalizar la CGT Rosario, que terminó con la respuesta de los triunviros nacionales.

La última reunión convocada para normalizar la CGT Rosario, que terminó con la respuesta de los triunviros nacionales.

Hubo, además, un encuentro secreto. Fue el que tuvieron los triunviros con algunos de los referentes sindicales rosarinos. “Nos dijeron que la unidad se hace de arriba para abajo, no al revés”, reveló uno de los presentes. La interpretación fue unívoca: mientras no se solucione la guerra que enfrenta a Aladio con los Moyano, la tropa de este último bombardeará sistemáticamente cualquier intento de normalización que incluya al camionero rebelde santafesino.

Hugo Moyano vs. Sergio Aladio

El origen de la pelea de los camioneros santafesinos se remonta a 2014, cuando el entonces secretario general Marcelo Dainotto terminó corrido tras un escándalo por malversación de fondos y un enfrentamiento entre facciones del gremio que acabó con un muerto. Aladio era uno de los referentes de la oposición en esa comisión directiva, ganó peso durante la transición y motorizó la decisión de abrirse de la federación nacional cuando, al ver la resistencia que generaba el intento de poner un jugador propio al frente del sindicato, los Moyano amenazaron con intervenirlo.

Desde que confirmó su liderazgo triunfando en las elecciones de 2016 -no sin conflicto judicial-, Aladio no paró de ganar poder. En las fotos que reúnen a todo el Partido Justicialista la silla sindical está reservada para él, un gesto que no pasa desapercibido y cae bastante mal en sus rivales internos. El moyanismo formó un sindicato propio, federado y conducido por Chulich. Es ese grupo el que participó, por ejemplo, en la normalización de la regional Cañada de Gómez, bendecida por la conducción de la central obrera.

Aladio y su grupo agitan la bandera del federalismo. Sostienen que los gremios locales deben gozar de mayor autonomía con respecto a sus federaciones nacionales, siempre muy enfocadas en Buenos Aires. Hay otras cuestiones del camionero rebelde que le caen torcidas a sus adversarios: un ejemplo es la buena sintonía con el gobierno de Javier Milei, que se cristaliza en las reuniones para acelerar el registro y la homologación de un convenio colectivo de trabajo paralelo al de la Federación Nacional de Camioneros.

Los que se postulan

La revalidada intención de normalizar la CGT Rosario surgió luego de la serie de ataques que orquestó la Casa Gris contra sindicatos pesados relacionados con la gestión pública, desde la acusación a la conducción de Obras Sanitarias por querer “cogestionar” la deficitaria Aguas Santafesinas hasta la intención de modificar el ingreso “gerenciado por Luz y Fuerza” a la Empresa Provincial de la Energía. Es obvio, para los representantes sindicales, que Pullaro los eligió como rivales y por eso quieren refugiarse en la unidad.

Silvio Barrionuevo, de Obras Sanitarias, es uno de los más interesados. El sanitarista le avisa a quien quiera escucharlo que “cuando pasen nuestros quilombos” se va a poner a trabajar en la normalización. A su lado mencionan, como activo, que “es amigo” de Aladio, pero que tiene buen vínculo con el moyanismo, a través de “Huguito” Moyano, el hijo abogado y de perfil bajo de Hugo. Sin embargo, una cuestión se impone como ineludible: al no estar federado, el sindicato que conduce Aladio no podría formar parte de una hipotética nueva conducción. “Eso nos preocupa”, reconocen.

el camionero que corto el cordon con los moyano desde el interior
Los intendentes peronistas de Santa Fe dan la disputa interna y se anotan en la competencia para 2025.

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