"Sobran operadores y no hay cuórum", se molestaron en el PRO y la UCR. Sospechan de una maniobra del Ejecutivo para perjudicar a Victoria Villarruel.
Alfredo De Ángeli y Eduardo Vischi, jefe del PRO y la UCR en el Senado, respectivamente.
Autoridades de los bloques dialoguistas del Senado estallaron de bronca por el fracaso de la sesión preparatoria de este lunes, cuando no pudieron elegirse autoridades por la ausencia del bloque de Santa Cruz. En el PRO y la UCR coinciden en que la disputa entre Victoria Villarruel y Javier Milei paraliza la actividad y exigen una interlocución con el Gobierno.
"Es increíble: sobran operadores, pero nadie sabe como organizar una sesión", sostuvo ante Letra P el referente de los principales bloques de la oposición. Anticipó que en la próxima reunión con Villarruel pedirá que alguien concentre la interlocución con el Ejecutivo para saber donde están parados.
El desorden en el Senado es total. Hay quienes, como Luis Juez (PRO), pueden hablar directo con Milei; mientras que referentes de todas las fuerzas tienen diálogos frecuentes con José Rolandi, el vicejefe de Gabinete y principal enlace del Ejecutivo con el Congreso.
Además, Santiago Caputo mantiene contactos con figuras del Senado, como Carlos Espínola (Provincias Unidas) y Beatriz Ávila (aliada PRO). El asesor estrella también supo construir un vínculo José Carambia y Natalia Gadano, la dupla santacruceña que dejó sus bancas vacías e impidió que se votaran autoridades. Fue quien logró que ambos avalaran la ley Bases en el invierno pasado.
Guillermo Francos y su segundo en interior Lisandro Catalán se hacen sentir en el Senado a través de los gobernadores. Fueron quienes impidieron que el jueves pasado se votara la creación de una comisión investigadora.
El vínculo de Caputo con Carambia-Gadano sembró una sospecha en el Senado: ¿Acaso el boicot a la sesión preparatoria no habrá sido un juego del asesor para incomodar a Villarruel? Los dialoguistas lo creen posible y piden que no repita. "Si quien negocia con nosotros no tiene como llegar al Gobierno todo puede terminar mal siempre. O se modifica o el Senado no puede funcionar", se lamentan.
Cerca del bloque de Santa Cruz niegan intervención de la Rosada. "No se metió nadie. El jueves ya le avisamos a (el secretario parlamentario Agustín) Giustinian que no íbamos. Teníamos tres días para negociar. Villarruel quiere llevarse todo puesto y la choca", explican. La dupla austral pedía acelerar un proyecto para eximir de impuestos al petróleo y gas convencional y, sobre todo, gestionar que terminen los despidos en YPF. Nunca hubo respuesta.
En la UCR recuerdan que la falta de interlocutor con el Ejecutivo frustró el pliego del candidato a juez de la Corte, Ariel Lijo, que no pudo ser tratado aún cuando en el partido centenario y en Unión por la Patria hay mayorías dispuestas a votarlo. En este caso, pedían que Caputo se hiciera cargo de la negociación.
La justicia y los cargos legislativos son temas en los que no interfiere Francos, quien sí negocia a cielo abierto cuando la situación lo requiere, como ocurrió la suspensión de las PASO o la implementación de la Boleta Única Papel. En el entorno de Villarruel no confirman si hubo una gestión con la Rosada para ablandar al binomio santacruceño.
"A veces piden cosas que no se pueden dar. Es sólo eso", explican. Lo cierto es que Gadano participó de varias reuniones con la vicepresidenta en las últimas semanas y ninguna terminó bien. No quiso firmar dictámenes de proyectos de seguridad y sólo avisó que avalaría la sesión de las PASO. Así fue.
En la oposición hay incertidumbre por lo que sigue. Este lunes había garantías sobre el respaldo a la reelección del presidente provisional, Bartolomé Abdala, pero sin los votos de Santa Cruz nada está asegurado. De seguir así, las autoridades elegidas hace un año continuarán, pero Villarruel deberá retener en la secretaría administrativa a María Laura Izzo, quien presentó la renuncia en octubre molesta por una ola de despidos.
El plan de la vicepresidenta era reemplazarla este lunes por el cordobés Emiliano Viramonte, quien fue a la sesión trajeado para asumir y se quedó con las ganas: ese cargo sólo es válido si se vota en el recinto. Villarruel no tendrá otra opción que sostener la resolución presidencial que firmó en enero para quitarle poder a Izzo, quien se mostró con ella en el recinto, a la espera de la sesión.
En UP festejaron el traspié de Villarruel, aunque en sus planes no está boicotear la continuidad de Abdala. La queja que iban a expresar este lunes es por el reparto de los cupos en las comisiones dispuesto hace un año. Consideran que no representa la proporción que tienen del cuerpo, que es casi del 50%.
El próximo desafío del Gobierno es abrir el recinto del Senado para tratar Ficha limpia, cuando volverán a necesitar de la dupla de Santa Cruz. Por ahora, no la tienen garantizada.