Con nulas chances de victoria, el peronismo de Santa Fe celebrará una interna a cielo abierto el 13-A. Unidos plebiscita su gestión, La Libertad Avanza juega para defender los intereses del gobierno nacional y Amalia Granata por establecerse como figura central de la oposición. Pero el PJ tiene que dirimir nuevos liderazgos para encarar 2027 con otro norte.
Letra P reveló esta semana el espinoso presente del PJ provincial aquejado, sobre todo, por la ausencia de unas PASO ordenadoras, que dirima ganadores y perdedores. La cantidad de convencionales y el contenido de la reforma son, hacia adentro, cuestiones secundarias por el momento. Ahora hay que resolver otra cosa.
Los electores del peronismo provincial
El exgobernador Omar Perotti le aseguró a Letra P en dos ocasiones que no será candidato. La decisión ubica al senador Marcelo Lewandowski como el único elector medianamente competitivo que puede presentar el partido, pero el legislador tiene límites, aun cuando Cristina Fernández de Kirchner, la presidenta del PJ, considere que es el plan ideal.
En sus épocas de senador departamental, Lewandowski votó a favor del desafuero de, por entonces su par, Armando Traferri, investigado e imputado por juego clandestino. Desde ese día, entendió que estaba marcando una raya y, luego, no compartió con los senadores ni el partido ni el Congreso.
Entonces, se impone la pregunta. Si toma cuerpo una suerte de operativo clamor, avalado por CFK, ¿Lewandowski puede permitirse volver al PJ y ser candidato de la mayor unidad posible? ¿Con los senadores adentro? De concretarlo finalmente, ¿arrastraría a los sectores con los que negocia un frente de mayor amplitud, como Ciudad Futura, Rubén Giustiniani, el Movimiento Evita y Comunidad? Tiene una disyuntiva el senador a menos de tres semanas del cierre de listas.
Quiénes conducen el PJ de Santa Fe
El PJ es conducido hoy por cuatro sectores: los senadores provinciales, Agustín Rossi, La Cámpora y los intendentes de Vamos. Dicho eje todavía no definió cabeza de lista, el nombre de Rafael Bielsa nunca maduró y apareció en escena el de Diego Giuliano, que no consiguió el apoyo de la diputada Florencia Carignano, defensora de la “renovación”, a secas. Ahí emergió el intendente de Pérez, Pablo Corsalini, para quien colarse entre otros candidatos es un negoción. Ni hablar de conseguir una reunión con Cristina.
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Así las cosas, el peronismo está disputando una discusión desordenada, desprolija por la ausencia de unas PASO, pero también está cocinando su futuro. Si el partido termina en tres, cuatro o cinco pedazos, no debería ser una preocupación. La portada y la foto del lunes 14 de abril venderá un PJ sin medalla, descosido y dividiendo su electorado. Pero a futuro debería servir de aleccionador y ordenador.
Perotti, a quien todos le sacuden por haber contribuido a una convencional constituyente sin PASO, anda diciendo que el peronismo debería concentrarse en gestionar para que regresen los tercios a Santa Fe en 2027. Y ahí sí, presentar la mejor opción para volver a ser realmente competitivo. No es descabellado el análisis.
Ordenarse, el primer objetivo del peronismo
Por eso, en esta contienda el peronismo no tiene que pensar en ganar. Porque el gobernador Maximiliano Pullaro arrancará como favorito, pero porque, a diferencia del resto de los frentes, el PJ santafesino no tiene conducción ni liderazgos y debe encontrarlos. Es verdad que en 2024 un acuerdo interno lo colocó a Guillermo Cornaglia en la poltrona más pesada, pero también es cierto que una porción no menor del partido ya mira las cosas desde afuera, sin ánimo de volver.
¿Qué pasa si Lewandowski termina victorioso por fuera? ¿Se gana el derecho de pedir la intervención del partido, por ejemplo? ¿No sería mejor que, ante este berenjenal, el peronismo no ponga el sello a disposición de nadie y así pagar menos costos? Porque cualquier lista que tenga la banca del PJ tiene a su vez el aval de CFK, máxima autoridad partidaria. Mucho por resolver en muy poco tiempo.