"Me encanta cuando un plan se concreta", decía mientras se prendía un cigarro el coronel John Hannibal Smith (Aníbal en estas tierras), líder del comando de militares exonerados que protagonizaba la ochentosa serie Brigada A. Lo mismo estarían diciendo, mientras se escribían estas líneas, los diputados Agustín Romo y Santiago Santurio y el secretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez, agitadores top de las fuerzas del cielo a las que se encomienda Javier Milei, repudiados y agredidos este viernes en La Plata.
Cuarenta y ocho horas después de que un millón y medio de personas marcharan en distintas ciudades del país, con epicentro en la de Buenos Aires, para pedirle al Presidente que no vetara la ley que garantiza financiamiento a las universidades nacionales, y unas 40 horas después de que Milei ignorara a esas multitudes y pusiera el gancho en el decreto que voltea esa norma, una delegación de La Libertad Avanza llegó a la capital bonaerense para dar una charla en el edifico Sergio Karakachoff de... la Universidad Nacional de La Plata, ubicado en el centro de la ciudad, pegado al Rectorado de la UNLP.
¿Qué podía salir mal en La Plata?
Todo salió bien, a pedir de La Libertad Avanza en el peor momento del gobierno de Milei, que se cae en las encuestas y ve cómo se desgrana el blindaje parlamentario que le había permitido sostener el veto anterior, el que había dispuesto para neutralizar la ley que disponía aumentos de las jubilaciones.
Manifestación y agresión a Agustín Romo y Santiago Santurio
Manifestación y agresión a Agustín Romo y Santiago Santurio
Organizaciones gremiales estudiantes, docentes y no docentes de la Universidad platense (FULP, ADULP, ATULP) y agrupaciones de la izquierda trotskista entraron como por un tubo y resultaron las socias perfectas de los coroneles libertarios. Los esperaron en el interior del edificio universitario para no dejarlos entrar. Que se las tomen de acá.
¿Qué podía salir mal en La Plata?
Todo salió de maravillas para los visitantes, que sólo debieron pechar un poco para que se armara la hecatombe: sillazos, piñas, patadas, huevazos... Al frente se la bancó Santurio, en el amontonamiento se perdió un poco Romo y Álvarez prefirió cuidar la retaguardia.
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A la salida, la frutilla del postre, lo que mejor saben hacer: agitaron las redes, seguidos por el ejército de las fuerzas del cielo digitales, y se hicieron una panzada de victimización, denuncias de intolerancia y arenga antizurdaje. "Mudamos la charla de lugar. Ningún zurdito va a imperdirla porque La Libertad Avanza y no hay nada que puedan hacer para alterar el curso de los acontecimientos", escribió Romo en Twitter. "El Diputado Santurio se comió un piedrazo en la cabeza y lo festejás. Y acá está. A no llorar después", advirtió.
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¿Qué podía salir mal en La Plata?
