Con un ojo en la presentación del informe de su consultora sobre el nivel de actividad en Santa Fe y otro en el devenir frenético de los mercados, Emmanuel Alvarez Agis visitó Rosario y el clima fue de incertidumbre: ninguno de los asistentes pudo llevarse en claro qué está haciendo Toto Caputo para controlar la corrida cambiaria.
La visita de Álvarez Agis a Santa Fe
Los anfitriones de Álvarez Agisen la Bota fueron los diputados socialistas Joaquín Blanco y Lionella Cattalini. La excusa fue presentar un trabajo en conjunto entre PxQ, la consultora del economista, y el equipo de Blanco acerca del nivel de actividad y empleo en Santa Fe. La presentación se hizo ante las comisiones de Asuntos Laborales y de Comercio e Industria de la Cámara de Diputados y Diputadas de Santa Fe. La idea, según informaron fuentes legislativas, es que la práctica se repita trimestralmente.
Luego, el exviceministro de Economía dio una charla en la Usina Social, un espacio vinculado al socialismo santafesino. Allí, se centró en el “vaso medio lleno y medio vacío” de la economía argentina: un repunte en la actividad, que se recupera francamente tras el derrumbe de fines de 2023 y principios de 2024, pero que no repercute ni en un crecimiento de puestos de trabajo ni en un aumento del promedio de ingresos de los trabajadores que pudieron mantener su empleo.
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Joaquin Blanco y Emmanuel Álvarez Agis
Los dos Toto Caputo
El vaivén de los mercados durante el miércoles, en la previa a la sesión de la Cámara de Diputados en la que Javier Milei consiguió luz verde para acordar con el FMI, fue el tema que sobrevoló toda la visita de Álvarez Agis. El brusco cambio en las declaraciones de Caputo, que se cristalizó en su entrevista con el periodista Antonio Laje, fue una señal de alarma que pocos dejaron pasar: allí, el ministro de Economía sostuvo que el monto del desembolso del FMI “lo define el directorio” y abrió la puerta a un esquema de flotación libre del tipo de cambio.
Ambas cuestiones marcan diferencias con lo que el gobierno venía sosteniendo hasta ese entonces: que el esquema cambiario no se tocaría y que el desembolso del FMI rondaría los US$10 mil millones. Es la razón, entendieron operadores del mercado, por la que el dólar se sobrecalentó en el inicio de la semana. Hasta llamó la atención que no haya aparecido una declaración correctiva, una práctica que suelen usar desde el quinto piso del Ministerio de Economía ante estos casos. “Fue raro”, definió uno de los presentes.
La situación sembró varias hipótesis: desde un error de Caputo hasta que se había roto la certeza -”más política que técnica”- del Gobierno acerca de cómo iba a ser el acuerdo. Se apostaba a algo que sucedió después: que el ok del Congreso al DNU que autoriza el acuerdo con el Fondo produzca una pax cambiaria. Sin embargo, en el auditorio que escuchaba a Álvarez Agis flotaba una sensación: que no sería duradera si no se conocían en pocos días las condiciones. En criollo: en qué situación Caputo podrá utilizar los fondos para operar sobre el tipo de cambio.
Sin embargo, en las distintas charlas no surgió aún un temor a que las variaciones en el precio del dólar repercutan en la inflación y pongan en riesgo la estabilidad, el bien más preciado de Milei en un año electoral. No solo porque aún no tienen suficiente entidad, sino también porque la apertura de importaciones fuerza a los productos argentinos a competir con sus pares asiáticos, siempre más baratos, lo que reduce el margen de acción.
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La charla de Emmanuel Álvarez Agis en la Usina
El empleo en Santa Fe, roto
No era el único tema que preocupaba a los distintos públicos que pudieron compartir un momento con Álvarez Agis. Las consecuencias de la apertura de las importaciones sobre el sector industrial santafesino se llevaron parte del protagonismo. El informe que Blanco y Alvarez Agis presentaron desnudó un dato insoslayable: Santa Fe es la tercera provincia más afectada por la pérdida de empleo: de los 124 mil puestos de trabajo que se perdieron en el país, 11 mil fueron en la Bota.
Todo es a pesar de un repunte de la actividad económica. No solo la pérdida de empleos, sino también el deterioro de los ingresos. El motivo que se señaló para justificar ese paradójico escenario es que los sectores de la economía que lideran el repunte -el petrolero o el minero, por ejemplo- no son de mano de obra intensiva, mientras que los que sí lo son están cada vez más deprimidos. Un ejemplo es el turismo, que viene pagando los costos de la revalorización del tipo de cambio y el fenómeno de los argentinos viajando al exterior.
En Santa Fe, además, se suman problemas locales. Los enumeró Blanco al charlar con medios y describir el escenario “complejo” en el mercado laboral rosarino: suspensiones en el sector industrial; pronunciamiento de trabajadores textiles; y el conflicto entre el gremio de aceiteros y Vicentín, que pudo pagar solo una parte de los sueldos. “El sector primario se recuperó, pero convive con una industria que pelea para hacerle frente a una apertura comercial horizontal, indiscriminada y repentina”, le sumó Álvarez Agis, antes de terminar.