La coalición oficialista debe renovar 8 bancas en el Concejo Municipal. Quién encabeza y cómo contener a todos los espacios, las grandes preguntas.
Unidos y sus principales referentes deben definir las listas para el Concejo Municipal de Rosario.
A poco más de un mes del cierre de listas en Santa Fe, Unidos y sus distintas tribus comienzan a discutir las listas. En Rosario, el debate está dado en el Concejo Municipal, donde el oficialismo pone en juego ocho bancas y los liderazgos partidarios están en disputa.
No hay fiestas de fin de año que valgan para la rosca santafesina, y si bien todavía faltan algunas semanas para la definición de nombres, los distintos partidos ya comienzan a ver perfiles y nombres propios para poner sobre la mesa. En Rosario, Unidos tiene el difícil desafío de poder revalidar los escaños conseguidos por diferentes extracciones partidarias.
Allí las incógnitas son varias, en el marco de negociaciones internas que no sólo incluyen los nombres para el Concejo, sino también pensando en la elección de convencionales constituyentes tanto para los departamentos como quienes seguramente acompañen a Maximiliano Pullaro en la lista por distrito único. Justamente el gobernador junto a sus aliados discutirán en los próximos días la conformación de las listas, aunque la chance de ir a internas está latente.
Sabiendo que las ocho bancas en juego fueron conseguidas en 2021 con una configuración política distinta, el paraguas de Unidos tuvo sus réditos en 2023 pero también exige conversaciones. En ese marco, el pullarismo tiende puentes con los distintos espacios y por estos días aceita la relación con el intendente Pablo Javkin, después de meses de tensiones, sobre todo en la contienda electoral. En esa mesa se suma Ciro Seisas, posible candidato para la departamental de convencionales constituyentes.
“Hay que fortalecer Unidos y cuidar el espacio ante posibles fugas”, dicen en el sector del gobernador mirando el mapa más allá de Rosario. Allí, la incógnita de qué harán algunos espacios del PRO que hoy miran de reojo a La Libertad Avanza ante una discusión nacional que los muestra más cercanos, agrega tensiones a la construcción provincial que suma ruidos en la conducción de Gisela Scaglia.
Entretanto, el socialismo también pone sobre la mesa sus intenciones de ser quien encabece. Para ello, la idea de la conducción partidaria es ir con un candidato que aúne a los integrantes del partido de la Rosa. “La intención es que se de en el marco de una estrategia conjunta con el gobernador, y si no competir, sin peleas”, dice una fuente partidaria a Letra P.
Quién encabezará será una discusión que seguramente se de pasada la mitad del mes de enero. “Acordamos postergar la definición de nombres después del 20”, confían. Mientras, las discusiones sobre si el gobernador pondrá a alguien de su riñón para encabezar y cómo actúan en consecuencia el resto de los partidos es terreno a descubrir.
Entre los ocho nombres a renovar, la diversidad de extracciones partidarias exige a cada una de las tribus a pensar qué se puede ofrecer y cuánto pelear en consecuencia. Si bien Pullaro no cuenta con ediles de su riñón entre los salientes, su rol institucional le da un rol decisorio. Sin emabrgo, no surgen al momento candidatos puestos, más allá del nombre del hermano del gobernador, Damián Pullaro, como uno de los que podría ser de la partida. Hoy parece estar más en un rol de armador: en las últimas horas, inclusive, se lo vio en un encuentro con Federico Lifschitz. El ministro de Educación, José Goity, es otro de los mencionados junto a Esteban Santantino, parte del ministerio de Seguridad provincial, otro de los caballitos de batalla de la gestión.
Como ya contó Letra P, el PRO baraja la chance de que Miguel Tessandori y Anita Martínez encabecen la fórmula amarilla. En algunos espacios del radicalismo inclusive comentaban por estas horas la posibilidad de que la propia Martínez pueda encabezar, con el radicalismo por detrás.
El javkinismo debe renovar el lugar de Mariano Roca, que ingresó por Seisas tras su paso al Senado y es uno de los principales laderos del intendente y actual presidente del partido Creo. Con ganas de renovar, aún no hay mayores pistas de si tendrá la chance de continuar en el Palacio Vasallo tras apenas un año y medio en una banca. “Vamos a hacer lo que más convenga a Unidos y a la gestión local. No creo que haya tensiones entre Pablo y Maxi”, dice una fuente partidaria ante la buena relación entre intendente y gobernador.
En la conducción del socialismo barajan distintas alternativas. Verónica Irizar es quien tiene que renovar y una posibilidad es que la ex candidata a intendenta pueda volver a ser el nombre propuesto, aunque también es una persona bien valorada en la gestión provincial. Las otras posibilidades tienen que ver con perfiles por fuera del radar, aunque también de extracción partidaria, y como una chance más lejana actuales funcionarios de la gestión Pullaro. ¿Puede volver a competir Susana Rueda, pensando inclusive más adelante? “Veo difícil que un Ministro vuelva al Concejo”, dicen en el PS, donde tampoco ven por estos días la chance de que diputados provinciales como Lionella Cattalini estén pensando en un posicionamiento de cara a 2027.
En ese marco, en la Casa Gris muestran una sintonía con el sector del concejal Lifschitz, que por estos días se reúne y busca coincidencias con referentes de distintas localidades. “Hay conversaciones con ese sector”, abonan en el pullarismo, y la foto con el hermano del gobernador así lo demuestra.
El radicalismo también enfrenta sus propios dilemas. Además del sector del gobernador, la conducción departamental muestra un buen diálogo con el Movimiento de Acción Radical (MAR), aunque ven dificultades con el espacio de María Eugenia Schmuck, que debe renovar la banca de Nadia Amalevi. “Tienen un dilema y un desafío grande”, analizan en el radicalismo, al tiempo de marcar la relación como “fría”.
La propia Schmuck, que revalidó su presidencia en el Concejo y por estos días reemplaza a Javkin por licencia al frente del ejecutivo, deberá diagramar su estrategia mientras piensa en el 2027 junto a Franco Bartolacci, que deslizó un intento para competir entre los convencionales. “Más allá de los diálogos y discusiones, Unidos va a salir fortalecido después del 7 de febrero, no tengo dudas”, confían mientras tanto en el oficialismo.