Sólo fueron aliados y seis gobernadores. Reivindicó su gestión, aplaudió al gabinete y prometió salir del cepo. Manes, único díscolo, cara a cara con Caputo.
Javier Milei.
La apertura de sesiones de este año tuvo un acto deslucido para Javier Milei: habló ante un recinto semivacío por la ausencia de casi toda la oposición, fue vitoreado por su tropa legislativa y la militancia, la mayoría de gobernadores no quiso estar y tampoco fue Ariel Lijo, a la espera de poder asumir como juez de la Corte. En ese marco, el Presidente destacó su gestión, anunció un paquete de leyes y prometió un acuerdo con el FMI.
El diputado de Democracia Por Siempre Facundo Manes fue el único que se cruzó desde su banca con el Presidente en el recinto y luego tuvo un feroz cara a cara con Santiago Caputo, frente a la sala de periodistas, que terminó con un pedido a las cámaras de seguridad que podría complicar al asesor estrella, quien había seguido el acto desde la segunda bandeja del recinto, unto al yotouber Daniel Parsini, conocido como Gordo Dan, y al secretario de Justicia, Sebastián Amerio.
Milei habló poco más de una hora desde el atril ubicado delante del estrado principal, parado sobre un escalón para poder alcanzar el micrófono. Su arrobo no estuvo exento de internas: la transmisión oficial no mostró el momento en que fue recibido por Victoria Villarruel en la explanada del palacio. Nadie sabe si se saludaron.
La vicepresidenta tampoco quiso aplaudir los discursos y al final tuvo un desaire con el Presidente, quien le recriminó haber querido cortar el micrófono antes del tiempo. "Pará: no terminé", la retó.
Con la ausencia de los bloques de Unión por la Patria, el recinto estuvo desértico. Tampoco asistió la mayor parte del radicalismo: sólo fueron las autoridades de bancada (el senador Eduardo Vischi y el diputado Rodrigo De Loredo) y un grupo minúsculo de la cámara baja. Partidos provinciales, el PRO y La Libertad Avanza completaron el escueto marco. Por lejos, fue la asamblea con menos concurrencia legislativa de la historia.
El Presidente arribó al recinto a las 21.13 y durante su discurso recibió decenas de aplausos del público libertario. En las gradas hubo espacio para la militancia libertaria, funcionarios de segundas líneas, como lo vicecejefes José Rolandi (Gabinete) y Lisandro Catalán (Interior), y el palco central reservado para la familia Milei: Yuyito González y la madre y el padre del Presidente.
El gabinete ocupó su lugar habitual y al lado estuvieron los cuatro jueces de la Corte: Carlos Rosenkranz, Ricardo Lorenzetti, Horacio Rosatti y la última incorporación, Manuel Gacía-Mansilla. No quiso ir Lijo, pese al pedido de Milei. El palco habitual reservado a gobernadores estaba con más claros que nunca: sólo asistieron Leandro Zdero (Chaco), Ignacio Torres (Chubut), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Jorge Macri (Ciudad), Martín Llaryora (Chubut) y Claudio Poggi (San Luis).
Hubo otro dato negativo para la descolorida asamblea: la prensa no pudo ubicarse en sus palcos habituales del primer piso -donde se senataron embajadores- y fue relegada a la segunda galería. Tampoco pudo haber lugares para fotógrafos en el recinto: el Presidente no quiso que le tomasen imágenes desde cerca. En las calles no hubo color, porque Milei no quiso militancia. Fue un error: por esa decisión, en la transmisión oficial se escucharan cacerolazos.
Milei dedicó la primera parte de su discurso a reivindicar su gestión. Enumeró logros como la baja de inflación y la caída de "diez millones" de pobres. "Hemos reducido la inflación a un ritmo más grande que la convertibilidad, que hasta ahora era el plan más importante de estabilización", celebró.
"Durante la campaña presidencial invitamos a todos los argentinos a juzgarnos por nuestras ideas. Hoy, habiendo transitado poco más de nuestro primer año, los invitamos a juzgarnos nuevamente, pero esta vez por nuestros resultados", desafió el Presidente, que acompañó la reivindicación de su gestión con aplausos a cada integrante de su gabinete, entre ellos a su hermana Karina. Luis Caputo y Federico Sturzenegger fueron los más ovacionados.
Milei prometió reformas penales, rebajas de impuestos y propuso un novedoso sistema de coparticipación, que consistiría en darles un piso de recaudación a las provincias de los impuestos nacionales para que luego subieran el resto a la medida que pudieran. Deberá negociarlo con los gobernadores.
El Presidente anticipó de una reforma migratoria, para cobrarle a extranjeros que estudian; prometió volver con los cambios al Código Civil que estaban en la versión original de la ley bases -flexibilizar las condiciones de los contratos-, anticipó un aumento de penas para todos los delitos y dijo que seguirá dando la pelea para bajar la edad de imputabilidad, con nuevos palos a Axel Kicillof. Le pidió "correrse del camino", para que la Nación aborde la problemática de la seguridad en la provincia de Buenos Aires.
Cómo expresión de deseo, Milei volvió a hablar de un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y advirtió que está dispuesto a abandonar el Mercosur si es una traba para avanzar.
El anuncio más rimbombante fue el pacto con el FMI, que todavía no firmó. "Estamos avanzando en un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para poder terminar de sanear el balance del Banco Central y salir del cepo cambiario definitivamente durante este año", dijo el Presidente y luego pidió ayuda. "Esperamos que el Congreso adopte la conducta que tuvo con los demás gobiernos y acompañe".
Según detalló Milei, el dinero que ingrese del FMI servirá para "restaurar el activo del Banco Central y con eso su patrimonio, para que de este modo la inflación sea solo un mal recuerdo del pasado".
De esta manera, el crédito no iría a financiar gastos corrientes. Milei advirtió que si el Congreso no aprueba el acuerdo peleará "en las provincias y en los municipios, en la legislatura y concejos. Haremos de local en las redes sociales, lo haremos en la calle si así lo demanda la historia", amenazó.
El gran protagonista de la jornada fue Manes, quien anunció poco antes del inicio de la asamblea que iba a asistir y fue el único opositor que se cruzó con Milei desde su banca. No conforme, protagonizó un cara a cara con Caputo que finalizó en una denuncia al final de la noche.
El diputado reaccionó cuando Milei prometió enviar los pliegos para cubrir vacantes en la justicia y pidió al Senado celeridad, a diferencia de lo que ocurrió con sus propuestas para la Corte. Manes le mostró la Constitución, le recriminó haber nombrado a jueces por decreto y le pide hablar del LibraGate, ausente en el debate.
El Presidente reaccionó: "Leela, Manes, te va a hacer bien, supuestamente vos entendés cómo funciona el cerebro y parece que no aprendiste nada. Leela bien. Quizás, tu versión es con inteligencia artificial y cambia de libertaria a kirchnerista, como hiciste vos, Manes", fue la ironía del Presidente.
El neurólogo fue abucheado desde las gradas por Caputo, con quién luego se cruzó frente a la sala de periodistas. Discutieron cara a cara, el asesor le dio una palmada fuerte en el pecho y se fue.
La escena fue filmada por un periodista del sitio DataClave y el youtuber Fran Fijap le arrebató el teléfono. Por el enfrentamiento entre el diputado y el asesor, un piso más arriba, el personal de seguridad impedía bajar las escaleras a invitados y periodistas. Hubo discusiones subidas de tono y forcejeos.
En diálogo con la prensa, Manes denunció que mientas discutía con Caputo recibió dos golpes del personal que estaba con el asesor, quien, contó el neurólogo, lo amenazó con una advertencia: "Ya vas a saber de mi", le dijo.
Al cierre de esta nota, luego de reunirse con Martín Menem, iba a realizar una denuncia policial, pero no encontraba un oficial a cargo dispuesto a recibirlo.