El ministro de Economía se tomará un avión a Buenos Aires. Su regreso repentino coincide con la visita de parte del staff del FMI que llegará está semana.
Toto Caputo con la titular del FMI, Kristalina Georgieva.
El ministro Toto Caputo se baja de la gira que comparte con el presidente Javier Milei y no irá al Foro Económico Mundial que se realiza en la ciudad suiza de Davos como tenía previsto. Fuentes oficiales confirmaron a Letra P el cambio en la agenda del titular del Palacio de Hacienda, pero no dieron detalles sobre los motivos.
El cambio de itinerario repentino del ministro de Economía coincide con la llegada a Buenos Aires de la misión técnica del Fondo Monetario Internacional (FMI) para avanzar en el nuevo acuerdo por dólares frescos.
Fuentes de la Casa Rosada confirmaron a este medio que Caputo no viajaba a Davos.
El titular de la cartera económica se encuentra en Washington como parte de la comitiva presidencial que participó de la asunción del presidente Donald Trump.
El jefe de Estado partirá este martes al continente europeo, pero Caputo tomará otro avión de vuelta a la Argentina.
El domingo, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, aseguró a la prensa que parte del staff del organismo internacional visitaría Buenos Aires para continuar de cerca las conversaciones por un nuevo programa.
Las conversaciones volverán a tener carácter presencial luego de meses de reuniones virtuales.
En este tipo de encuentros, participan técnicos del FMI y tanto equipos del quinto piso del edificio de Yrigoyen y Balcarce como del BCRA.
Pese a ello, Caputo decidió cambiar su agenda y no participar en el foro económico más importante del año.
La administración libertaria busca u$s11.000 millones para reforzar las reservas del Banco Central.
Georgieva llenó de elogios a Milei y su gestión por sus resultados macroeconómicos y puntualizó en el logro de la desinflación.
Pero al momento de cerrar un nuevo pacto, el Palacio de Hacienda deberá decidir qué hacer con el esquema cambiario luego del pedido del FMI de ir hacia un dólar flotante y de mayor flexibilidad, con una estrategia detrás que permita abrir el cepo y acumular reservas.
La desventaja con la que corre la administración libertaria es el calendario electoral: si el tipo de cambio flota, se presta a una mayor volatilidad que puede tener consecuencias en la inflación y por tanto en la opinión pública.