El atraso salarial en las universidades, que marcó a fuego el primer año de gobierno de Javier Milei, impacta en las finanzas de las obras sociales de las casas de altos estudios. En la Universidad Nacional del Litoral, en Santa Fe, la prestadora de salud de docentes y no docentes pasó del superávit al ajuste.
El caso testigo en Santa Fe
El caso de la OSUNL, la obra social de la Universidad Nacional del Litoral, es revelador al respecto. Tiene alrededor de 14 mil personas afiliadas, de las cuales 6.500 son titulares y el resto grupo familiar. Aportan allí docentes y no docentes activos, pero también jubilados. El 80% de los ingresos de esa institución está atado a la evolución salarial.
A mitad de este año, la conducción de la OSUNL emitió un informe de situación para “poner en conocimiento del franco proceso de deterioro presupuestario que viene sufriendo la obra social en los últimos meses”, ya que “la licuación del salario trajo aparejado un fuerte deterioro de los ingresos”, y “trasladar esta reducción en términos reales de los ingresos al gasto significaría un fuerte ajuste a las prestaciones que traería como consecuencia el inevitable deterioro del plan de salud”.
Del superávit a comerse las reservas
En resumen, se indica allí que “la obra social presentaba hasta el mes de noviembre de 2023 una situación de equilibrio económico y un superávit financiero que permitía sostener un plan de salud integral de calidad para todos los afiliados”, y “por otra parte, los resultados financieros permitían sostener el patrimonio y tener reservas para situaciones complejas y crecimiento de la infraestructura prestacional propia”.
“A partir del mes de noviembre”, continúa, “el deterioro de los ingresos producto de la licuación de los salarios hizo estallar el presupuesto y el déficit mensual se volvió insostenible al mediano y largo plazo. Los salarios universitarios no acompañaron el proceso inflacionario y devaluatorio y por lo tanto los ingresos de la OSUNL tampoco”.
Ante esta situación, la obra social resolvió avanzar hacia un ajuste que incluye un fuerte control del gasto e incremento de ingresos por la vía de aumento de cuotas y coseguros. Aún así, la expectativa para fin de año es llegar “no equilibrados, pero tratando de que la situación no se agudice aún más”, le explicó a Letra P el titular de la OSUNL, Gustavo Mondejar.
Crisis de ingresos
En este contexto, el funcionario afirmó que “al déficit lo estuvimos financiando con reservas. Siempre hemos tratado de ser eficientes en el gasto para tratar de que nos queden reservas para estas situaciones. Y también para mejoras: tenemos un servicio médico que siempre queremos ampliar, pero en este momento lo estamos utilizando para sostener el plan de salud y que no se caiga la atención a nuestros afiliados”.
Asimismo, Mondejar aseguró que al tratarse de una “crisis de ingresos” con “precios de los medicamentos que aumentar por arriba de la inflación”, se trata de “una situación generalizada en todo el sistema nacional”. “Nosotros estamos agrupados en el Consejo de Obras Sociales universitarias y ésta es situación de discusión diaria”, señaló.